Los cambios educativos a través de la implementación de una educación globalizada ofrecida en ambientes de educación a distancia, plantea el reto de evaluar el aprendizaje a través de los recursos tecnológicos, con estrategias que permitan que la practica evaluativa genere confianza y credibilidad en el usuario, que a su vez utiliza la misma con una visión facilitadora dentro de su propio proceso formativo. La evaluación entonces, se ha considerando desde diversos aspectos:
evaluación sumativa vs formativa, presencia vs a distancia, individual vs a equipos de trabajo colaborativo, y evaluación de los procesos de aprendizaje vs de los productos terminados e incluso de acuerdo con quien la realice profesor vs alumnos (auto-evaluación) vs equipo de trabajo (coevaluación).
De acuerdo con lo presentado en Lozano 2007, son siete las prácticas básicas en las que se puede evaluar el aprendizaje en la educación a distancia:
evaluación sumativa vs formativa, presencia vs a distancia, individual vs a equipos de trabajo colaborativo, y evaluación de los procesos de aprendizaje vs de los productos terminados e incluso de acuerdo con quien la realice profesor vs alumnos (auto-evaluación) vs equipo de trabajo (coevaluación).
De acuerdo con lo presentado en Lozano 2007, son siete las prácticas básicas en las que se puede evaluar el aprendizaje en la educación a distancia:
1. Aplicar exámenes en forma presencial: Se caracteriza por asistir a un examen en hora y lugar determinado. Tiene “mayor credibilidad y legitimidad porque se controla la identidad”, pero implica, por ejemplo, vivir en el área geográfica, entre otros. Es un atentado a la flexibilidad, de acuerdo con Valenzuela, 2003 en Lozano, 2007.
2. Aplicar exámenes en forma virtual: Requiere de la plataforma tecnológica y así los alumnos se evalúan con diferentes instrumentos. El riesgo es que no se sabe quien está presentando el examen, si hay ayuda de terceros y generalmente se omite la pregunta abierta.
3. Asignar trabajos: Desarrollo de proyectos a corto plazo o a gran escala a lo largo del semestre. Énfasis en lo que el alumno debe hacer con respecto a las actividades de aprendizaje. Puede presentarse subjetividad de quien evalúa. La evaluación no es equitativa, es difícil asignar calificaciones justas.
4. Evaluar el desempeño en foros asincrónicos de comunicación: se evalúan los procesos de interacción. Es necesario ver el índice de frecuencias de participación y calidad de dichas participaciones. Hay Mayor aprendizaje significativo (Gunawardena, 1997 pág 193), pero el seguimiento con diversos grupos es difícil.
5. Evaluar el desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación: La conversación instantánea, chat, teléfono vía internet hace más eficiente la interacción con el alumno pero es dispendioso el manejo del tiempo para el docente.
6. Dejar que los alumnos se autoevalúen: Desarrolla procesos metacognitivos y auto-reguladores en los alumnos. Se reflexiona sobre lo que se sabe o no se sabe. Puede ser subjetiva y es posible evaluarse más de lo que realmente se merece.
7. Dejar que los alumnos se coevalúen: Es un proceso por medio del cual los alumnos evalúan la calidad del trabajo de sus compañeros, así como su contribución al logro de los objetivos de aprendizaje. Implica ganancias cognitivas y afectivas. Puede presentarse igualmente la “piedad académica” cuando se dan notas que otros no se merecen o el “canibalismo académico”. Valenzuela, 2005 en Lozano, 2007.
Ampliar la información sobre le tema por medio de las lectura complementarias que se encuentran en:
http://www.chasque.apc.org/gamolnar/evaluacion%20educativa/evaluacion.01.html
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